Es peligroso ese argumento de odiar un àrbol porque tapa el frente de una casa, por màs calidad de diseño que èste pueda tener. Esto, sumado a la inacciòn oficial, permite, y es lamentable, el exterminio de numerosos ejemplares arbòreos. Debemos defender no sòlo la estètica de la ciudad, sino tambièn la calidad de vida en la misma.
Comentarios